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Besados por la Igualdad Mundial

Gesta histórica del balompié femenino mediterráneo que gana por primera vez la Copa del Mundo, con la victoria de España y la brillante clasificación de la debutante, Marruecos, dando un potente impulso a la candidatura de España, Portugal y Marruecos candidatas a organizar colaborativamente el Mundial de Fútbol masculino en 2030, enlazando deportivamente las orillas de dos continentes.  Con un gol andaluz de la apasionada del flamenco Olga Carmona, la selección española venció por 2-1 a Inglaterra en la final de Sídney, en la novena edición celebrada en Nueva Zelanda y Australia, disputada entre las 32 selecciones clasificadas para la fase final, doce europeas y cuatro africanas, evento que se celebra desde 1991 cada cuatro años. El certamen coronó a la catalana Aitana Bonmartí como mejor jugadora del campeonato, que al marcar uno de sus goles exclamó ‘Welcome Refugies’ declarándose admiradora de la capacidad de lucha de sus padres “por cambiar el mundo y la desigualdad entre hombres y mujeres” y “orgullosa de llevar de primer apellido el de su madre”.Durante la celebración y ante los ojos del mundo el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, protagonizó la bochornosa grosería de tocarse los genitales en el palco de autoridades, obsceno gesto dedicado a las jugadoras inglesas en el pitido final del partido, en presencia de la monarca Leticia y la heredera Sofía. Agrediendo después a Jeninfer Hermoso, la máxima goleadora del combinado agarrándola y besándola en los labios sin su consentimiento, vulnerando los protocolos y la normativa vigente de la ley del deporte de igualdad de género, que prohíbe expresamente ‘besar a la fuerza” provocando una profunda indignación social nacional e internacional.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, y la líder de Podemos, Ione Belarra, fueron las primeras en condenar el hecho: “Un beso no consentido es violencia sexual”, y el ministro de Cultura, Mario Iceta, lo consideró un acto inaceptable, sumándose según pasaban los días todas las formaciones políticas del arco parlamentario excepto la ultraderecha de VOX. Convertida en emblema contra el machismo, Jennifer denunció el hecho arropada por las 23 jugadoras del plantel, iniciando el Gobierno el procedimiento para su inhabilitación y adoptando la FIFA, máxima autoridad del fútbol mundial, la suspensión de sus funciones. Rubiales está inmerso en varias denuncias por corrupción: cobrar ilícitamente 24 millones por un contrato para llevar durante seis años la final de la supercopa de España a la teocracia de Arabia Saudi, por financiar con recursos de la Federación una orgia contratando a 10 chicas y espiar al presidente del sindicato de futbolistas, David Aganzo.Cuentan las crónicas biográficas que durante la dinastía china Han, las mujeres jugaban a una variante del balompié llamada Tsu Chu, y practicaban en Europa en el siglo XII juegos de pelota en Francia y Escocia, disputándose en Glasgow en 1892 el primer partido entre mujeres.Mujer activista de los derechos feministas, Nettie Honeyball  creó en 1894 el British Ladies Football Club, reivindicando emanciparse de tantas exclusiones de la época, práctica que iniciada la Primera Guerra Mundial creció exponencialmente al cubrir las mujeres en las fábricas, la ausencia de los hombres  enviados al frente y mantener la red de equipos de fútbol que tenían organizados, creando la English Football Ladies, boicoteada sistemáticamente por la Federación masculina, que les prohibía jugar en los campos de fútbol. Parecidas censuras sufrían en países como Brasil, líder del fútbol planetario que más veces ha ganado el trofeo mundial masculino, donde continuó vetado hasta los años 70.El gran paso llegó de la mano de un grupo de empresarios de Turín creando la Federación Internacional de Fútbol Femenino en 1960, que no fue reconocida por la FIFA. Pioneros en apostar en 1969 por la Liga de Italia y organizar en 1970 el primer campeonato mundial denominado Martini Rosso Cup, que, aunque no fue reconocido por la Federación Internacional, sirvió para dar visibilidad a la disciplina. Campeonato que ganó Dinamarca a Italia por 2-0 en la final jugada en el Comunale de Turín, ante 40.000 espectadores. Campeonas que tuvieron que jugar con la camiseta prestada del laureado AC Milan, al robarles la noche anterior en el hotel su habitual indumentaria blanca. Deporte femenino que en los Juegos Olímpicos vivió la prohibición generalizada que alcanzaba a la participación en la mayor parte de las disciplinas, excepciones del golf y el tenis, considerados aptos, por el carácter ‘decente y femenino’, consiguiendo la presión de la futbolista francesa Alice Milliat, pese a la negativa del COI, organizar en paralelo las Olimpiadas Femeninas en 1921 y 1922, y  logrando por fin la participación en 5 modalidades de atletismo de las 22 que disputaban en exclusiva los hombres  e incluyendo en 1996 el fútbol femenino, 90 años después del masculino. En la larga lista de casos de violación de derechos  aparecen Niloufar Ardalan, capitana de la selección iraní de fútbol sala que no pudo participar en la Copa de Asia  por negarle su marido el permiso para viajar, cientos de jugadoras que no han podido participar en diferentes competiciones por no aceptarse el hiyab o negarse a ponérselo, o el trágico final de Fatim Jawara, jugadora   internacional de Gambia de 19 años, que en su intento de jugar profesionalmente en Europa recorrió toda África desde Serrekunda a Libia, para morir ahogada en una barca junto a un centenar de migrantes, intentando cruzar el Mediterráneo para alcanzar Lampedusa.Mientras los futbolistas de su país llegan a los aeropuertos con millonarios contratos en el bolsillo, protagonizan primeras páginas de los periódicos deportivos, son recibidos como estrellas y abren los telediarios del viejo Continente. El más reciente de Paola Egonu internacional italiana de voleibol que renunció a jugar por racismo en la selección descalificada ” porque “sus rasgos faciales no representan la italianidad”, en el libro de Amazon más vendido en el país, donde el autor, un militar negacionista, califica a las mujeres feministas de ” brujas modernas y dice a los homoxesuales “no sois normales, lo podéis superar” Hasta 1991 la FIFA se negó a organizar el primer mundial celebrado en la lejana China, competición ignorada y silenciada por la inmensa mayoría de las agencias de comunicación internacionales y los periódicos y medios deportivos.  
Por fin en 2001 la UEFA creo la Liga de Campeones de Europa Femenina, ganada en 8 ocasiones por las francesas del Olympique Lyonnais, teniendo que esperar para la creación del galardón femenino del Balón de Oro hasta 2018, que ganó y rechazó Ada Hegerberg denunciando la discriminación que sufrían en la selección noruega y renunciando a jugar el mundial por las desigualdades y trato diferencial entre hombres y mujeres. Destacan entre la futbolistas más reconocidas la norteamericana Alex Morgan, bicampeona mundial y oro olímpico, su compatriota Megan Rapinoi, una de las más laureadas en la historia al ganar los juegos Olímpicos de 2012, los mundiales de 2015 y 2019, balón y bota de oro, líder de los derechos LGTBI y equidad de género, que al recibir la distinción de jugadora del año después del mundial de 2019 en Francia, declaró que se puede usar el fútbol para cambiar el mundo, más que simplemente añadir mujeres al deporte.La brasileña Marta Vieira, ganadora seis veces del título de mejor jugadora del planeta, que ha participado y marcado en cinco campeonatos mundiales, la australiana San Kerr, ganadora de diversos trofeos y botas de oro de la NWSL, considerada la mejor liga femenina. Miedema, de los Países Bajos, la tercera goleadora absoluta en 2019 con 53 tantos, tras los 57 del internacional polaco Robert Lewandowski uno de los goleadores de la época o la catalana Alexia Putellas dos veces balón de oro. Mientras continúan los apoyos internacionales con el hashtag #Se acabó, el jugador del Real Betis Borja Iglesias, al igual que 80 jugadoras incluidas las mundialistas anunciaban que no volverán a jugar en la selección mientras siga Rubiales. Los campeones mundiales Iniesta y Casillas, e Isco, Sergi Roberto, Vallejo y una veintena más se solidarizaban con Jenny, en medio del silencio clamoroso y vergonzoso del resto. Los presidentes del Getafe, Real Sociedad de San Sebastián, Osasuna de Pamplona y Sevilla han sido los primeros junto a los entrenadores Ancelotti del R, Madrid, Xavi del Barcelona, Setien del Villarreal, Benítez del Celta y Simeone del AT. Madrid, en condenar el hecho, uniendo sus voces los cantantes Rozalen y Alejandro Sanz.En la jornada futbolera del fin de semana siguiente, los jugadores del Cádiz saltaron al campo con la pancarta de “Todos somos Jenny” coreado por el público y los del Sevilla con el lema “Se acabó” escrito en las camisetas, lema con el que se manifestar  miles de personas en  una veintena de ciudades, entre ellas Madrid, Barcelona, Zaragoza, Salamanca,Vigo o Ibiza, convocados por colectivos feministas. Pronunciándose el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, que expresó la solidaridad con Jennifer esperando que el caso “marque un punto de inflexión en el mundo del deporte”, donde las mujeres siguen siendo “objeto de acoso sexual y abusos”. Decía Johan Cruyff, uno de los mejores jugadores de la historia y de los más innovadores entrenadores contemporáneos con Sacchi, Kovacs o Guardiola, “que al fútbol se juega con la cabeza y se usan los pies”, aunque a veces parece que es al revés.Para la ministra de la ley Solo Sí es Sí “lo que no se nombra no existe, y lo que hemos visto no es sólo un acto machista intolerable, es una actitud sexista, una vejación y un abuso de poder. Si no lo llamamos por su nombre, podremos dimitir o cesar al autor, pero otros millones de besos no consentidos seguirán quedando en la impunidad”. El efecto simbólico de estas agresiones invita a ser imitado por quienes están predispuestos a ello en cualquier lugar o circunstancias bajo cualquier pretexto, jerarquía o posición de poder, legitimando y alentando actos similares. En el largo camino seguido por el combinado figuran acciones reivindicativas y un motín en 2015 que consiguió que dimitiera el seleccionador que las humillaba con todo tipo de vejaciones. En 2019 paralizaron con una huelga el fútbol femenino reclamando derechos básicos, y la presión colectiva en 2022 contra el entrenador “por lo insostenible a nivel mental” dejó fuera del mundial a las quince reivindicativas jugadores que llevaron a la selección hasta la final, siendo descalificadas por el acosador de “niñatas caprichosas’ y a las que exigió pedir perdón para volver a jugar en la selección. Pero dieron una lección nada habitual en la historia del masculinizado ‘deporte rey’, manteniéndose firmes y quedando apartadas del mundial. También el entrenador, Jorge Vilda, cuestionado por las jugadoras desde hace años, aportó lenguaje machista, al afirmar que ya éramos “campeones”, corrigiéndolo el presidente del Gobierno en la recepción a las campeonas, afirmando que en 2010 ‘fuimos campeones’ del mundo y ahora ‘somos campeonas”. Enhorabuena a las que obtuvieron el oro y felicidades a las luchadoras que dieron la cara con dignidad, siendo represaliadas por el clan machista de la cúpula administrativa del fútbol, sin ellas no se habría ganado y avanzado en respeto e igualdad.Doble triunfo del feminismo del sur, deportivo y cultural, de un país que ha reaccionado al éxito de una larga lucha hasta alcanzar a ser las mejores del mundo jugando al fútbol.
Y las más comprometidas en cambiar los modos y maneras consiguiendo en siete días que el Consejo Superior de Deportes obligue a las Federaciones territoriales de todo el país a adecuar las direcciones paritariamente en el plazo de tres meses. La onda expansiva de la revolución feminista del futbol europeo avanza rompiendo barreras. En Inglaterra, Debbie Hewitt es la presidenta de la Federación de fútbol desde 2021, Vanda Sigurgeirsdottir en Islandia y la reciente elección de Lise Klaveness en el fútbol noruego, única en denunciar la organización del mundial de fútbol en Qatar plantando cara a la FIFA, calificándolo de impresentable, por las violaciones de derechos reclamando que “el futbol es de las niñas y niños del mundo”. Dos olas definen el momento del deporte más universal  la hegemonía de los países del oro negro de Oriente que dominan el balompié mundial a golpe de talonario, compran equipos de millonarias plantillas, organizan competiciones internacionales, ponen nombre a emblemáticos estadios de Europa o patrocinan a los equipos más importantes del planeta y la del fútbol femenino, que está revolucionándolo acomodado en el machismo, la homofobia y el racismo, que parecía incapaz de evolucionar hacia de valores de igualdad, tolerancia y diversidad. Irrumpen las mujeres abriendo las puertas para que, entre aire fresco, provocando profundos cambios en las anquilosadas estructuras del deporte más popular que mueve emociones colectivas, desata pasiones y alimenta ilusiones. Idioma universal al que conspicuos autores han dedicado ilustres definiciones como  Pier Paolo Pasolini: “El futbol es un lenguaje con sus poetas y prosistas”, a lo que habría que añadir que le faltaban los versos y valores feministas. Manuel Vázquez Montalbán: “Es la religión diseñada en el siglo XX más extendida del planeta” que se parece al patriarcado de Dios, Alá y Yahvé, de las religiones monoteístas y Javier Marías: “Es la recuperación semanal de la infancia”, patrimonializado hasta ahora por los niños. La profecía de un exdirigente de la FIFA va configurándose: “El futuro es femenino. Llegará un momento en que habrá tantas mujeres como hombres jugando al futbol, ofreciendo espectáculos de igual o aún mayor calidad y belleza”.

‘Baciati dall’ Uguaglianza mondiale (italiano)