de Joan Ribò Canut, Alcalde de València
Las ciudades tenemos un papel fundamental en la cooperación euro-mediterrània, no sólo por nuestra historia compartida sino también por nuestra cercanía a los problemas reales de la gente y por nuestra capacidad de articular la integración mediterránea en aspectos muy concretos de la vida cotidiana de las personas.
València es una ciudad que se siente mediterránea. Y eso le permite abrirse al mundo desde una ubicación clara, una identidad concreta y una historia compartida. Nuestra consciencia mediterránea nos hace pensar, en primer lugar, en integración y solidaridad entre las dos orillas de un mar demasiado castigado por la desigualdad y la injusticia. Esta mirada mediterránea nos hace poner en valor toda una historia compartida de diversidad, interculturalidad i mestizaje. Somos una ciudad abierta a la solidaridad.
València es una ciudad con una economía basada en el comercio y al intercambio desde hace siglos y que hoy se proyecta al mundo a través de ámbitos como la sostenibilidad, el diseño, la innovación, la investigación o la oferta universitaria. Ámbitos que pueden desempeñar un papel fundamental en la integración de las ciudades del mediterráneo a través de la atracción del talento y el desarrollo de actividades de alto valor añadido y con fuerte retorno social.
València está orgullosa de su modelo de ciudad mediterráneo. Un modelo de ciudad compacta, densa, compleja y con mezcla de usos para la vida cotidiana en espacios públicos que protagonizan nuestra vida en sociedad y fomentan la diversidad. Un modelo de ciudad sostenible que se integra en un entorno también sostenible, el de su huerta, un referente internacional en el desarrollo de una alimentación saludable que es la base de la dieta mediterránea.
Las ciudades del mediterráneo compartimos un pasado y sobre todo un futuro. Un futuro mejor para las personas que habitan a orillas de este mar y que habrá que construir conjuntamente a través de la solidaridad y la cooperación.